El diagnóstico de la esquizofrenia ha evolucionado de manera espectacular durante los últimos 100 años desde las primeras descripciones realizadas por Kraepelin y Bleuler y este proceso aún continúa en la actualidad. Los cambios sin fin del diagnóstico son parcialmente atribuibles a la heterogeneidad sintomatológica en la esquizofrenia y a la etiología compleja, la cual es comprendida hoy día sólo en una pequeña medida.
Por otro lado, la evolución de los sistemas y modelos de diagnóstico precoz y de tipo diferencial están cambiando los puntos de vista, las prioridades y las posibilidades en el tratamiento de la esquizofrenia.
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